Candidaturas Premios ASPRIMA-SIMA 2024
1. Mejor actuación inmobiliaria en vivienda

Complejo residencial 44 + 25 + 19 viviendas y urbanización mancomunada

Empresa promotora

DAZEO MOGUER S.L.

Estudio de arquitectura autor del proyecto

Estudio Álvarez-Sala

Descripción del proyecto

El proyecto trasciende la escala edificatoria para convertirse en una operación urbanística. La promotora adquiere tres parcelas diferentes de la misma manzana: dos de ellas contiguas con frente a la calle José María Roquero y una tercera con frente a la calle Rafael de Riego, paralela a la primera. Los dos edificios anteriores en JM Roquero contaban con un gran fondo edificado y, sin embargo, una altura de tres plantas. Los estándares urbanísticos cambian, lo que permite aumentar la altura y disminuir el fondo, consiguiendo liberar de edificación el patio de manzana para garantizar soleamiento y ventilación de las viviendas, que ahora cuentan con un espacio exterior común ajardinado. El tercer edificio en R. de Riego se rehabilita y acondiciona. Manteniendo su estructura y cerramientos, se redistribuyen las viviendas y se adaptan los huecos de fachada para permitir una iluminación y ventilación natural que garanticen las óptimas condiciones de salubridad, originalmente deficientes. Utilizando el patio de manzana como urbanización exterior común de las tres parcelas y eliminando los límites físicos entre las mismas, se consigue proyectar un complejo que, aunque heterogéneo, se entiende unitario. Este es, sin duda, el gran acierto de esta operación urbanística. Por su mayor valor arquitectónico, se mantiene la fachada de JMR 5 y se desmonta la fachada de JMR 7 para permitir el acceso de maquinaria y materiales al interior, evitando tener que trabajar desde la vía pública. Esto garantiza la circulación peatonal y rodada del barrio mientras se ejecutan los trabajos. Una vez finalizados los trabajos, se reconstruye la fachada de JMR 7 reutilizando todos aquellos elementos arquitectónicos protegidos y empleando las mismas técnicas constructivas de su época, alargando su vida útil y resolviendo las deficiencias propias de su antigüedad. El complejo cuenta, en total, con 88 viviendas de uno y dos dormitorios, urbanización con piscina de agua salada y jardín, sala comunitaria, gimnasio y dos plantas de aparcamiento bajo rasante. A pesar de que cada uno de los edificios mantienen su entrada peatonal original, en su interior la circulación es fluida y accesible, de tal forma que todos los usuarios pueden hacer uso de los servicios comunes. El respeto por el lenguaje arquitectónico de principios de siglo de las fachadas de JMR determina la forma en la que la fachada aumenta la altura. Resulta evidente que el nuevo volumen superior no debe confundirse con las fachadas originales. Debe estar separado. Para ello se retranquea la fachada de la tercera planta y se diseña oscura, como una línea de sombra que los separa y permite una lectura diferenciada de las dos épocas. Además, los ejes verticales y ritmo de huecos se repiten, respetando el carácter compositivo original. Para el lenguaje de las fachadas interiores nuevas de la urbanización la estrategia es diametralmente opuesta. Se busca que la lectura volumétrica sea uniforme, cosiendo los dos edificios bajo líneas horizontales de terrazas cubiertas que garantizan la igualdad de condiciones de iluminación y ventilación de todas las viviendas. La composición de lamas de los tendederos protege de las vistas desde la piscina, conformando ritmos verticales que proporcionan la escala doméstica, más amable con el espacio de todos.