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Un nuevo comprador para un nuevo ciclo

23/09/2015

Comunicado de prensa

El informe El nuevo perfil del comprador de vivienda, que hoy han presentado Eloy Bohúa, director general de Planner Exhibitions, empresa organizadora de las ferias SIMA, y Juan Fernández-Aceytuno, director general de ST Sociedad de Tasación, está basado en la serie de encuestas de satisfacción y de perfil del visitante de SIMA en el período 2008-2015. En opinión de sus autores, “estas encuestas permiten dibujar una topografía muy aproximada de los deseos y expectativas del comprador de una vivienda, así como su evolución en ese período crucial que va desde los primeros síntomas de la crisis del sector inmobiliario hasta los primeros también de su recuperación”.

“El nuevo comprador de vivienda es consecuencia directa del profundo impacto ejercido tanto por la crisis del sector residencial como por la del conjunto de la economía, que han expulsado del mercado a amplios colectivos y activado otros”, asegura Eloy Bohúa. Es el caso, por ejemplo, del segmento de población entre los 25 y 35 años, que durante el boom protagonizó la mayoría de las compras. “Ha sido con diferencia el que más ha sufrido la crisis, hasta el punto de perder entre 2009 y 2013 casi un 25% de su cuota de mercado”.

En paralelo, tal y como destaca el informe, se ha incrementado la presencia de compradores de más edad, cuya motivación principal no es la de formar nuevos hogares –“la tendencia mayoritaria durante el boom”– sino mejorar su vivienda actual o cambiar el alquiler por la propiedad, de ahí que la demanda de superficies cada vez mayores haya registrado un importante repunte en los últimos años (con incrementos de 4 y 5 puntos porcentuales en los últimos dos años). No obstante, esta tendencia a la baja del segmento más joven de la población compradora parece haberse frenado en 2015, año en el que SIMA ha constatado una mínima recuperación, lo que tal vez esté anticipando una tendencia futura.

Respecto al plazo de compra, los grupos que han experimentado una evolución más significativa en 2015 son, por una parte, los que afirman que adquirirán una vivienda “de aquí a un año” (+13 puntos porcentuales respecto a 2013) y quienes esperarán al menos “2 años” o “no saben o no contestan” (- 9 puntos porcentuales en el mismo período”). En opinión de Bohúa, “está claro que los plazos de compra se han acortado sensiblemente, lo que viene a reforzar la tesis de un regreso de la confianza en el potencial comprador, resultado con toda seguridad de una mayor disponibilidad económica o de un mejor acceso a la financiación que hace 2, 3 o 4 años”.

Una evolución también positiva puede apreciarse en el presupuesto de compra, que en 2015 ha experimentado un importante salto cuantitativo. El potencial comprador del nuevo ciclo posee un mayor poder adquisitivo que el de los años precedentes. Esta renovación se hace más visible entre aquellos que poseen un mayor presupuesto (“más de 300.000 euros”), que pasan del mínimo del 13% en 2013 al 22,8% de este año. Muy significativo resulta también el descenso de 15,4 puntos porcentuales del segmento más bajo de la escala presupuestaria (hasta 150.000 euros”), que en 2014 era un 33,7% y en 2015 llega al 22%. “Sería exagerado atribuir esta situación exclusivamente a una mejoría de la economía en general y de la doméstica en particular, sin tener en cuenta que ya en 2014 y de manera más decisiva en 2015 se haya incorporado una capa de potenciales compradores a los que el impacto de la crisis no golpeó en exceso, pero bastó para que se autoexcluyeran del mercado”, matiza Bohúa.

En este sentido, Bohúa ha querido poner en valor la labor de los tasadores, afirmando que “más del 76%  de los asistentes a SIMA de mayo de este año confirmaron la utilidad de pedir una tasación antes de comprar una vivienda, frente al 16,7% que declaran que no tiene ninguna importancia o el 7,1% restante, que prefieren no manifestar su  opinión. Estas cifras demuestran un nivel de confianza notable de los potenciales compradores en estas valoraciones, así como en el desempeño de los profesionales de este sector”.

En lo que respecta a la financiación, se constata un claro incremento en el poder adquisitivo del potencial comprador así como una importante reducción en sus necesidades de financiación. Así, y con respecto a 2011, se dobla el porcentaje de compradores que no precisan financiación alguna al tiempo que se reduce en casi 37 puntos porcentuales quienes necesitan más del 80%. Como consecuencia de lo anterior, los tramos de financiaciones “viables” (menos del 50% y entre 50-80%) copan el 70% del total en 2015, cuando era poco más de la mitad en 2011.

No obstante, llama la atención cómo los nuevos compradores comienzan a anticipar en sus expectativas lo que, en su opinión, será el principal obstáculo a la adquisición de una vivienda en un contexto de previsible normalidad. Este obstáculo es el precio. El porcentaje de potenciales compradores que así lo estiman crece casi 15 puntos con respecto a 2014, hasta alcanzar el 65,4%, la cifra más alta de toda la serie histórica.

 

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