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La etiqueta energética de los edificios, obligatoria a partir del año que viene

25/09/2012

Desde el 1 de enero del próximo año, todas las viviendas, tanto  nuevas como de segunda mano, que sean objeto de una compraventa o un alquiler deberán contar con un Certificado de Eficiencia Energética, similar al que se usa para para calificar los electrodomésticos en función de su gasto. Esta medida responde al objetivo marcado por la Unión Europea de alcanzar el 20% de eficiencia energética y convertirse en la región mundial líder en sostenibilidad. El gasto energético de la vivienda supone el 60% del gasto total en todos los sectores de actividad.

Este certificado es obligatorio desde 2007 para las viviendas nuevas o rehabilitadas. Ahora, la nueva medida, que será regulada por un Real Decreto de inminente aprobación, amplía esa obligatoriedad a las viviendas existentes. La obtención del certificado será responsabilidad del propietario, sea éste una empresa o un particular, y deberá acompañar al contrato de compraventa o arrendamiento en cada transacción, de forma que el consumidor (comprador o arrendatario) disponga de la mayor información posible acerca del consumo energético del inmueble que va a comprar o alquilar.

Así pues, con la entrada en vigor de esta norma tanto compradores como inquilinos tendrán que tener en cuenta a la hora de comprar o alquilar una casa aspectos como el aislamiento, la calidad de la iluminación, la orientación del inmueble y demás parámetros que influyen en la calificación energética de una vivienda, porque dicha calificación repercutirá en el valor de mercado. Quedarán excluidos de esta norma los edificios y monumentos protegidos, los lugares de culto  y los edificios cuyo periodo de alquiler sea inferior a cuatro meses.

En función de distintos parámetros, la vivienda optará por una calificación desde la A, máxima eficiencia, a la G, la nota más baja. Un equipo técnico estudiará las características de la vivienda y un simulador informático valorará el consumo de energía de acuerdo con la normativa que marque la administración. Los propietarios que obtengan la peor nota deberán llevar a  cabo mejoras en sus instalaciones; los expertos calculan que la inversión en conseguir una vivienda más eficiente se recuperará por término medio en cinco años.

Los datos hablan por sí solos: los edificios más eficientes ayudan a reducir hasta un 30% la factura de la luz. Es importante que los propietarios se informen de los pasos a dar porque los que no cumplan la norma se enfrentarán a multas de hasta 1.500 euros.

La nueva etiqueta energética tendrá una validez de 10 años, renovable con nuevos estudios y sus consecuentes reformas, si fuera necesario. ¿Estás de acuerdo con esta nueva norma? Danos tu opinión

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