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Qué debe tener una buena vivienda en alquiler

21/02/2017

El mercado del alquiler sigue creciendo en nuestro país a un ritmo constante durante los últimos años. Cada vez más gente prefiere alquilar una vivienda por razones que van desde con la mayor movilidad geográfica y las menores ataduras financieras que aporta hasta el todavía restringido acceso a la financiación para comprar, pasando por la comodidad de disfrutar de una vivienda sin tener las obligaciones fiscales, tributarias y costes de mantenimiento del propietario.

Por otro lado, en España cada vez hay más arrendadores. Los propietarios están perdiendo el miedo a alquilar, debido, por una parte, a la necesidad de no tener sus viviendas cerradas desde el comienzo de la crisis y por otra, a la mayor profesionalización del mercado de alquiler, lo que supone menos riesgos y dedicación para los dueños de las viviendas.

Hoy vamos a analizar qué debe tener una buena vivienda en alquiler desde ambos puntos de vista, para que tanto arrendador como arrendatario disfruten de la experiencia de alquilar sin sobresaltos.

 

Buen estado de la vivienda, buen inquilino

Si vas a poner tu vivienda en alquiler debes pensar antes a qué tipo de inquilino quieres atraer y haz una puesta a punto para que resulte atractiva y acogedora. Pinta tu casa y límpiala hasta que esté impecable –la primera impresión es importantísima– y arregla los posibles desperfectos. De lo contario, los potenciales inquilinos pensarán que no te preocuparás de arreglarlos una vez que la vivienda ya esté alquilada. Retira todos los muebles que no sirvan e intenta dar un aire neutro y actual a la vivienda: así conseguirás más posibles inquilinos que si la casa tiene una decoración demasiado “personal”. Si tu casa está en perfecto estado de conservación atraerás a personas cuidadosas y respetuosas con su entorno.

Como inquilino, al visitar una vivienda revisa su estado general antes de dejarte llevar sólo por su ubicación o precio. Comprueba que los grifos, cisternas e instalación eléctrica funcionan bien para valorar si te compensará estar siempre contactando a tu casero para que cambie o arregle determinadas cosas.

En el supuesto de que la vivienda esté amueblada, es interesante para ambas partes realizar un inventario que se anexe al contrato. En él aparecerán enumerados todos los enseres que hay en la vivienda y su estado, de manera que al finalizar el arrendamiento no haya dudas sobre la pertenencia o estado de dichos enseres.

 

El estado de la vivienda, el contrato y los seguros son los tres principales aspectos que se deben evaluar antes de alquilar una vivienda.

 

Alquila legalmente

Es fundamental que el contrato de arrendamiento conste por escrito y se realice conforme a la ley, para tener una constancia del mismo en caso de posibles reclamaciones o litigios por cualquiera de las dos partes. En el contrato debe constar siempre:

  • Los datos de identificación de la vivienda (domicilio, referencia catastral, cédula de habitabilidad, certificado energético y metros cuadrados).
  • Nombres completos y DNI del propietario y el inquilino.
  • La cantidad anual de la renta.
  • Cómo se realizará el pago del alquiler (qué día del mes y si se realizará por transferencia bancaria o en metálico, y, en ese caso, dónde)
  • La fecha de inicio y la duración del contrato.
  • La cláusula de actualización de la renta.
  • La fianza.
  • Quién asume los gastos.

Además, en muchas comunidades autónomas existen servicios públicos que intermedian en el alquiler y aportan garantías al arrendador y arrendatario. Alquilando mediante organismos oficiales ambas partes están más tranquilas y cubiertas legalmente si hay algún conflicto.

 

Alquila con seguridad

La contratación de un seguro de impagos y desperfectos, aunque no es obligatoria, es una opción interesante tanto para el inquilino como para el propietario. En el mercado hay multitud de pólizas de seguro que cubren toda clase de supuestos: daños en la vivienda, accidentes, impago por parte del inquilino, gastos judiciales en caso de contenciosos, etc.

Como inquilino, puedes proponer hacerte cargo de este seguro como alternativa al aval o la garantía adicional que te planteen, ya que estarás seguro de que tienes cubierta cualquier eventualidad que se produzca en la vivienda. Como propietario, te interesa también que el buen estado de tu vivienda y el pago del alquiler estén garantizados, por lo que incluir un seguro puede ser una buena baza en la negociación del precio con el inquilino.