06/11/2012
En la época de pleno auge inmobiliario, más de un 60% de las compras se financiaban a través de una hipoteca, mientras que en estos momentos ese porcentaje apenas llega al 40. En concreto, en agosto de 2012 sólo el 37% de las operaciones se financiaron a través de una hipoteca.
Junto a la contracción del crédito, la explicación de este fenómeno se encuentra también en el fuerte ajuste de los precios de la vivienda, que ha propiciado que fuera de las ciudades grandes y de los barrios tradicionalmente exclusivos se puedan encontrar viviendas por menos de 100.000 euros, por lo que si se cuenta con ahorros previos o se dispone de otro piso para vender antes de comprar uno nuevo, se pueda asumir la operación sin optar a una hipoteca. Es por esto por lo que el pago al contado lleva meses ganando adeptos.
Por otro lado, algunas compañías inmobiliarias y promotoras comienzan a ofrecer alternativas de pago aplazado que evitan la necesidad de recurrir a la financiación bancaria. Para el vendedor, esta fórmula permite que se lleve a cabo la compraventa sin que esté condicionaba a la aprobación de la hipoteca por parte de la entidad financiera. Para los futuros propietarios, que se ahorren los gastos que conlleva la constitución de una hipoteca. Sin embargo, es importante valorarlo y tener en cuenta que esta fórmula también puede suponer algunos sobrecostes.