23/09/2020
Ser respetuoso con el entorno tiene premio: además de cuidar el medioambiente, lo notarás en tu bolsillo.
El planeta está pidiendo a gritos que le demos una tregua, así que es hora de comprometerse. Además de las grandes medidas que impulsan los países para evitar el calentamiento global, cada uno de nosotros podemos realizar pequeños gestos que tengan un impacto positivo en el cuidado del entorno.
Cuando compras una vivienda es obligatorio que tenga la certificación energética, que acredita que es eficiente en ese aspecto, pero si estás muy concienciado puedes ir aún más lejos y elegir una vivienda que cuente, además, con un certificado de sostenibilidad. Este documento no solo evalúa los ahorros en el consumo eléctrico, sino también otros criterios que tienen que ver con el aspecto saludable de tu hogar. Como recuerda Javier Torralba, director en España de BREEAM, en un vídeo de SIMA Academy, “el 90% de nuestra vida lo pasamos en espacios cerrados –ya sea la oficina, viviendas, etc.–, y no somos conscientes de la cantidad de factores que hay en estos lugares que inciden en nuestra salud, como la iluminación, la acústica, los compuestos volátiles de las pinturas y los barnices”.
Quizá no estés pensando en comprarte una vivienda nueva en estos momentos, pero eso no es excusa para que no te comprometas. Siempre puedes disminuir tu huella de carbono en tu casa actual con estos sencillos cambios: sustituir las lámparas por luces LED, colocar reguladores del caudal en grifería y cisternas, desenchufar los cargadores cuando no los uses, comprar electrodomésticos A+ cuando se te estropeen los que tienes, revisar el aislamiento térmico de carpintería y ventanas, regular el termostato de la calefacción entre los 20-21º, utilizar el lavavajillas con la carga completa o sustituir las bañeras por duchas.
Eliminar los (malos) hábitos no te costará nada y a cambio estarás contribuyendo a reducir el consumo de los recursos naturales y ahorrarás en tus facturas.
