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Es el momento de los sistemas constructivos innovadores

24/11/2016

Las nuevas necesidades urbanísticas, así como la modernización y la diversificación de las ciudades, hacen plantearse constantes retos constructivos a los arquitectos y constructores. Además, cada vez se apuesta más fuerte por construir viviendas eficientes tanto en los consumos como en los costes de las mismas, a la vez que existe una mayor preocupación por el impacto que los edificios y sus materiales tienen en el medio ambiente.

Estas premisas son fundamentalmente las que están llevando a la búsqueda de sistemas constructivos innovadores, rápidos, de bajo coste y obtenidos a partir de materiales reciclados.

Probablemente, el mayor avance en innovación de los últimos años en la construcción sea el del uso de las impresoras 3D para fabricar los componentes de los edificios. Recientemente una compañía china ha sido capaz de crear impresoras 3D gigantes que permiten construir edificios “imprimiendo” de manera rápida cada uno de sus componentes. Según esta empresa, esta manera de construir permite ahorrar un 60% en materiales, un 70% en tiempo y un 80% en costes.

Además, el material que se usa para la impresión proviene de elementos reciclados de construcción: una combinación de cemento, residuos industriales como el vidrio y un componente endurecedor. De momento, las casas construidas bajo este sistema, forman parte de un complejo de oficinas en Shangái, pero esperan seguir construyendo viviendas tradicionales.

Otro ejemplo de la aplicación práctica de este tipo de construcción es el hotel que la cadena holandesa De Slaapfabriek va a construir en sólo diez días el próximo año. De una sola pieza y elaborado con material reciclado, será el primer edificio europeo impreso en 3D de gran tamaño.

 

La revolución sostenible en los materiales marcará los costes y la eficiencia de los futuros hogares.

La revolución sostenible en los materiales marcará los costes y la eficiencia de los futuros hogares.

 

Existen también innovaciones importantes en tecnología para la construcción; un ejemplo de ello son las tejas fotovoltaicas. Aunque en un edificio de nueva construcción es relativamente sencilla la integración de sistemas de energía solar, no ocurre lo mismo con los edificios antiguos o construcciones protegidas. Para estos casos, se han creado unas tejas de arcilla, aún en desarrollo, a las que se les han añadido varias células de silicio monocristalino. Esa capa a su vez está cubierta por otra superficie de un material no tóxico y reciclable, que es opaco a los ojos humanos, pero transparente a los rayos del sol. Sirve para ocultar las celdas fotovoltaicas, pero sin impedir que puedan capturar energía.

Otro ejemplo de innovación es la fabricación de bloques de plástico reciclado para la construcción de muros. Se consigue empleando una plataforma modular que sirve para comprimir el plástico reciclado sin necesidad de clasificarlo ni lavarlo previamente.

El sistema lo convierte en bloques de plástico de diferentes formas y densidades, con el resultado de un material resistente y que aporta un gran aislamiento térmico y acústico. Además, la gran ventaja de estos bloques es que apenas tienen huella de carbono, ni componentes tóxicos añadidos durante su producción, ya que no se utilizan pegamento alguno.