
14/07/2015
Esta semana y la siguiente vamos a dedicarlas al factor que, con toda seguridad, resulta más crítico a la hora de comprar una vivienda (además del precio, naturalmente). Nos estamos refiriendo a su financiación, a la hipoteca que el 99,9% de los españoles tenemos que solicitar para vez cumplido nuestro deseo de disfrutar de una casa en propiedad.
Si estás pensando en comprar una vivienda, habrás notado que los precios se han ajustado significativamente desde hace meses, rompiendo así la tendencia al alza que les caracterizó durante los años más duros de la crisis económica. Pues bien, una vez que el precio de tu vivienda soñada es el ideal, más o menos, es momento para pensar cómo financiarla.
Actualmente nos encontramos en un contexto en el que se dan varias circunstancias que condicionan favorablemente tanto la concesión como las condiciones de la hipoteca que necesitas:
- El Euribor (principal referente de cotización de las hipotecas en España) está en mínimos históricos, lo que, a priori, abarata la cuota mensual de tu préstamo hipotecario (no olvides que la referencia al Euribor es variable es variable en la casi totalidad de las hipotecas que se firman en España, por lo que hoy el tipo de interés final puede estar bajo y dentro de un par de años, más alto).
- Hay más liquidez en circulación en el mercado interbancario, algo que se traduce en una mayor concesión de créditos (y, por tanto, de mayor competencia entre las entidades financieras, algo que, si habéis estado atentos, seguro que ya habéis notado).
- Existe una mayor demanda. Desde el pasado año se ha incrementado la demanda de viviendas fruto de la rebaja en los precios y de una mayor solvencia y liquidez de los consumidores, lo que provoca que las entidades financieras busquen diferenciarse con productos más atractivos y cada vez más ajustados a las necesidades reales de los nuevos compradores (que no son, conviene recordarlo una y otra vez, las mismas que las que posibilitaron el último boom inmobiliario).

El dferencial de la hipoteca es un factor importante a la hora de elegir hipoteca, pero no es el único. Imagen: kansasrealtor.com
Comencemos con lo parece ser el punto esencial en la contratación de cualquier hipoteca: el diferencial que la entidad bancaria aplica sobre el Euribor (esto es, el porcentaje, medio punto, un punto, etc., que añade al interés de referencia). Con todo, el diferencial debe considerarse como un punto de partida y no como el final de la travesía.
Desde 2014 las hipotecas no han dejado de bajar sus diferenciales y la banca ha entrado en una dinámica de competencia por conseguir vender sus productos hipotecarios. En este momento podemos encontrar en el mercado multitud de ofertas que ofrecen diferenciales en torno al 1,5% o incluso al 1%, por lo que encontrar la hipoteca adecuada conlleva necesariamente estudiar muy bien las condiciones de cada oferta y no centrarnos exclusivamente en el diferencial, pues podría darse el caso que el resto de las condiciones lleguen a anular la supuesta rebaja conseguida por esas décimas en el diferencial ofertado.
La próxima semana ahondaremos en el segundo aspecto esencial a la hora de contratar una hipoteca: las condiciones contractuales.