26/04/2013
A partir del 1 de junio, los propietarios que quieran alquilar su vivienda por un periodo superior a los cuatro meses o ponerla a la venta tendrán que disponer del certificado de eficiencia energética. Este certificado indica el nivel de calificación de la vivienda que va desde la A, máxima eficiencia, a la G, la nota más baja.
Pero ¿qué es exactamente el certificado de eficiencia energética? Es un informe que contiene información sobre las características energéticas y la calificación energética del inmueble o de parte del mismo. El certificado de eficiencia energética debe presentarse por el promotor o propietario del inmueble al órgano competente para su inscripción en el registro correspondiente a su ámbito territorial. Una vez inscrito, el propietario del edificio debe conservarlo.
Dicho informe tendrá una validez máxima de diez años; transcurrido dicho plazo deberá renovarse, salvo que con anterioridad se hayan producido variaciones en aspectos que puedan afectar al certificado expedido con anterioridad. La obtención del certificado de eficiencia energética otorgará el derecho de utilización, durante su período de validez, de la denominada etiqueta de eficiencia energética. Esta etiqueta deberá incluirse en toda oferta, promoción y publicidad, dirigida a la venta o arrendamiento de un edificio.
Aunque no será obligatorio tener una calificación mínima, este certificado jugará un papel decisivo para el comprador o el inquilino de la vivienda. Así, si comparamos el ahorro energético entre dos viviendas del mismo tamaño, entre una calificación A y una G, puede ser de hasta el 70%, según estimaciones del portal digital Certicalia. En este portal, los usuarios pueden solicitar presupuesto a más de un millar de profesionales, entre ellos, arquitectos e ingenieros.
Los expertos recomiendan que los propietarios no esperen hasta el último momento para hacer las gestiones pertinentes porque el proceso de certificación no es inmediato. Se calcula que el número de inmuebles en España sujetos a esta obligación puede superar el millón.
En cuanto al coste del certificado, depende, entre otros factores, de la tipología y las dimensiones del inmueble. Como referencia, el precio puede rondar los 250 euros para una vivienda tipo de 90 metros cuadrados.